- ¡A vos! -dijo Samuel con energía-. ¿Crees que nadie observa tu pose de Hamlet acatarrado cada vez que la mocosa te habla o te mira? ¿No he visto yo el otélico sudor que baña tu frente cuando alguien pronuncia el nombre de la mocosa?
- ¡Estás loco! -se aventuró a decirle Adán riendo. (¡Atención, atención!)
4 comentarios:
Muy buena palabra, acatarrado. Habrá que leer a este señor.
Adan buenos aires?MUY BUENO!viva marechal
viva!
Tendrás un adán en tu nueva morada, Francisca.
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