martes, 4 de septiembre de 2007

Y ahora pienso que también sería más fácil perder la cabeza. Camino a la playa en negro, avanzo como Chango y Fejerman en uno solo, el capitán antiangustia. Voy a la playa y voy a volver blanco. Tomo café cubano y me tomo una raya. y voy perdiendo el dolor aunque me duela. y estoy volviendo a ser la pulga que se pica. Escribir, como cualquier cosa. Publicar antes, eso decía Osvaldo, quien hijo de hegel dejo su alma en una carpa. la carpa sin playa ubicábase en el living de su casa. el televisor desenfocado le mostraba a pedazos lo que digería. Salir sollozando del bar es como no ir, o peor, salir del living sabiendo que ya no hay cama en donde acostarse a dormir. Playa. Quería ir a la playa. y el ácido que no me invita más que a mirarme en esa gran televisión navegante en el mar de amor que el sol de internet nos ilumina. Camina. Se acuesta y se va. ¿A dónde? a ninguna parte. Felicidad. -¿qué? - felicidad. -no te entiendo.
- emociones mentirosas te evaden.
- ¿a mí?
- sí, a vos.
- no.
- ¿por qué no?
- porque si.
- bien.
- aire.
- eso e slo que necesitas.
- ¿anteojos?
- sólo para entender.
- ¿qué cosa?
- no sé.
- ¿nunca sabes?
- ¿qué?
- no importa.
- mamá me dijo que no te dijera lo que te tengo que decir.
- dilo.
- ¿qué cosa?
- lo de mamá.
- mamá me tiene cansado y todo lo que diga sabemos existe en su imaginación.
- como vos.
- como yo también, claro.

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