sábado, 1 de marzo de 2008

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La mujer y el hombre soñaban que Dios los estaba soñando.

Dios los soñaba mientras cantaba y agitaba sus marcas, envuelto en humo de tabaco, y se sentía feliz y también estremecido por la duda y el misterio.

Los indios Makiritare saben que si Dios sueña con comida, fructifica y da de comer. Si Dios sueña con la vida, nace y da nacimiento.

La mujer y el hombre soñaban que en el sueño de Dios aparecía un gran huevo, ellos cantaban y bailaban y armaban mucho alboroto, porque estaban locos de ganas de nacer. Soñaban que en el sueño de Dios la alegría era más fuerte que la duda y el misterio; y Dios, soñando, los creaba, y cantando decía:

- Rompo este huevo y nace la mujer y nace el hombre. Y juntos vivirán y morirán. Pero nacerán nuevamente. Nacerán y volverán a morir y otra vez nacerán. Y nunca dejarán de nacer, porque la muerte es mentira.



e. g.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

que linda, linda, linda, LINDA FOTOOOO.

Anónimo dijo...

rrrompo un heuvo,
cae la yema
suben las hormiguiiiitazzz
bajan los elefentezzz
arena movediSa

EZZ
CAA
LOOO
FRII
OOO