martes, 25 de marzo de 2008


Cuando la vida es demasiado humana —¡únicamente humana!— el mecanismo de pensar ¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?

Yo, al menos, tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que me había olvidado, casi completamente, de mi propia existencia.

O.G.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mierda... yo todavia no se quien soy... y como encontrar a ese doble de uno pero que vive dentro de uno pero que a veces se pierde, ese que llaman "uno mismo"...

De chico tome la sopapa que normalmente utilizabamos para... bueno, para lo que se utiliza un sopapa; y me exprimi el ombligo queriendome sacar el alma. Pense que no habia salido por un tiempo hasta que una revelacion de mi intelecto me develó (sisisi redundatísimo) que existia tambien la posibilidad de que mi alma haya salido de mi cuerpo, porque el alma de uno y uno mismo son casi lo mismo (sisisi otra vez), y, bueno, en ese momento en que despegue la sopapa de mi ombligo mi alma pudo haberse perdido para siempre en la inmensidad del cosmos, estoy convencido que mi alma se escapo despues que la succioné (el termino exprimir no esta bein utilizado anteriormente, pero es tan lindo...) y me alivio un poco saberlo una vez que madure su ida en mi cabeza y aprendi a vivir con ella, porque veo que mucha gente tiene barbaridades de problemas teoricos, de teoria metafisica, con esta parte de un, esa qe llaman "uno mismo"...


Entonces cuando entendi de que yo y "uno mismo" eramos libres pude respirar mas tranquilo




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