sábado, 13 de octubre de 2007

LOS 101 DÁLMATAS

El dálmata número 47 le preguntó al 78 :
–Vos qué número sos.
–Soy el 49 –contestó él, y de buena fe, porque creía realmente que ése era su número.
–Ah –dijo el otro, y anotó algo en una libretita. Se la daba de escribiente–. Y cómo te llamás.
–Me llamo 16. De nombre. Mi apellido es 83. Pero me dicen 5.
Satisfecho, el dálmata 47 se fue a olisquear cerca de otro de sus congéneres, el 16.
–Qué número sos –le preguntó.
–Ya perdí la cuenta –contestó ese perro en un idioma que, para expresar eso, exigía la emisión de 11 ladridos.
Otro dálmata, que había oído la pregunta, dijo con el hocico en alto: –Mi padre es el 60, pero yo lo superé. Soy el 61.
–Sí –objetó el 16, molesto–, pero tu padre tiene 44 manchas, y vos tenés 26.
–Porque mi madre tiene solamente ocho –se defendió él–. Yo saqué el promedio.
En eso, entró a la perrera un dálmata al que ninguno de los presentes conocía. Tenía una etiqueta colgada del cuello, con el número 102. Y no venía solo. Lo secundaban el ladrón número 41 de Alí Babá, el octavo samurái, el noveno pasajero, el pasajero 58, el cuarto chanchito (que estaba vestido de mosquetero), el 13 del patíbulo, el sexto latino de Estela Raval, el quinto grande de Agatha Christie (disfrazado como el indiecito número once), y el 41 principal del ránking de la semana. Cada uno de todos estos advenedizos tenía un ejemplar del onceavo mandamiento, profusamente comentado por Juan Pablo Tercero.

L.Masliah

2 comentarios:

Anónimo dijo...

leo masliah entiende, y juega, lo que es mas importante para mi.

Gonzalo Quiñones dijo...

suerte con el proyecto chicos!!

Muy buen texto... con los numeros me hice mucho quilombo!!