viernes, 26 de diciembre de 2008

Escúpelo

Necesito liberarme de mí mismo, dejar de pelear conmigo, callarme, necesito callar. Bastaría un poco de eso un buen rato, hasta que me lo crea, una pequeña dosis y listo. Estaba bastante bien, realmente bien, pero ahora un cambio de espacio cambia mi atmósfera mental. La atmósfera, ése es mi problema, tengo problemas con las atmósferas. No puedo ser sin prestarles atención, como si la siemprecambiante capa estética fuera lo unico ahí o acá, es algo por el estilo, ser con las atmosferas más allá de ellas, a eso tendría que dedicarme, como un tirarse, romper la red de seguridad en la caída y antes de tocar piso flotar, o fundirse. Tengo que callarme tirarme y fundirme, o flotar. Me siento un idiota cuando después de un lapso descubro haberme estado mintiendo, me lavo la cara tratando de quitar ese yo roñoso que me ataca, y el pegajoso vuelve, más tenue, pero no deja de venir, no logro liberarme aún de esa otra cara, ni de las atmósferas, no creo que pueda separarme sino saber qué hacer con todo, ordenarlo en su lugar, cuando sea que lo encuentre. Descubro eso de haberme estado mintiendo sobre un par de cosas, o haber estado creyendo en alguna mentira solo por no mirar dos veces, la rebotante batalla entre es o no es cierto aspecto tras aspecto, me descubro en el error, me cacheteo y miro atontado hasta enfocar de algun modo y entender. A veces tengo que dejarlo reposar, que el barro se sedimente, lecho de piedra prácticamente y entonces solo se muestra, aunque a veces no hay tiempo y me aboco a alguna acción, por suerte siempre termina funcionando, agradezco eso, se puede volver una mierda inentendible, pero al final se entiende. Es como si se expresara sin pensar y después se detuviese a contemplarlo y lo arreglara ahí, después del clímax. A veces se expresa violentamente y no le importa, porque es innegable que lo termina arreglando, siempre lo termina arreglando. Creo que es esta la parte en la que siempre me tranquilizo, después entiendo que lo mejor es que no soy yo, al menos no de ese modo, no con nombre, soy tranquilo cuando me tiro bien al abismo mirando las imágenes y caigo en el anonimato, universal, el silencio constante en la mezcla de todos los ruidos completos. Tendria que estar mas tiempo así, admito que no es tan constante como debiera, pero no dejo de volver, tambien agradezco eso. No sé porqué metí tantas trabas en mi organismo, no sé porqué me cuesta tanto acariciarme todo y decirme hola, pero sé que es así y eso es bueno. Porque voy mejorando, destrabo cosas, pero siempre hago esa pelotudez de olvidarme, de mirar tanto la imagen, miro tanto que me olvido y de repente pienso en un pato, cuando no tendría que estar pensando en nada, siempre me olvido y me creo que estoy mirando ese pato, y después es una cara o la ciudad o un recuerdo o mis manos y pueden pasar buenas cosas pero siempre se llega a lo que no se entiende o no se quiere y después la confusión hasta que me cacheteo y vuelvo al cero, al que no tiene nombre. Eso es lo que soy, un bipolar, un bipolar megafísico que se cree su historia inventada y visual.Puaj!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ir a morir al abismo, y de golpe te descubrís flotando todo el tiempo.

Anónimo dijo...

y pueden pasar buenas cosas pero siempre se llega a lo que no se entiende o no se quiere y después la confusión hasta que me cacheteo y vuelvo al cero, al que no tiene nombre

Naz gracias por escribir y aparecer asi, de esa manera, en mi dia


elooo

Anónimo dijo...

y pueden pasar buenas cosas pero siempre se llega a lo que no se entiende o no se quiere y después la confusión hasta que me cacheteo y vuelvo al cero, al que no tiene nombre

Naz gracias por escribir y aparecer asi, de esa manera, en mi dia


elooo