sábado, 24 de noviembre de 2007

Tipología de los seres nocturnos (léase hombres y mujeres en el boliche), un estudio de casos en una población semirural.



El reventado es un tipo inteligente y perverso, sabe maniobrar a las personas, como un sumo sacerdote a su rebaño, se lo nota porque siempre esta rodeado de cuatro o más adulones, menos perversos que él pero que están en la misma sintonía, es algo así como el macho alfa de la manada lobuna. En definitiva son tipos divertidos, pero peligrosos, si uno se deja envolver, no olvidemos que el reventado es perverso. El reventado urbano la tiene fácil, las opciones para moverse en las noches citadinas son múltiples, ahora bien, el reventado de una población semi rural, es digno de admiración, gastar las noches, la bolsa y la vida en los escasos y abúlicos lugares nocturnos de los pueblos, merece un aplauso cerrado de pie.
El cheto de pueblo, reconocible al bajar de la camioneta 4x4 de papá, no importa si está embarrada, es mejor así, así se nota que uno tiene hectáreas, visten camisas escocesas o a cuadrille, pantalón de jean, si es invierno, un pulovercito escote en V, nada ostensible, todo en su lugar, saben que levantan porque tienen tela y son hijos de. Las perras mueren por ellos. Si se juntan con el reventado se potencian y de ahí nacen las orgías que aun en los pueblos chicos donde nunca pasa nada (ja) ruborizarían al marques de Sade.
El hip hopero rural (filo cumbiero): casos interesantes, son simpáticos, calzan gorras a toda hora, aun dentro del boliche, pantalones amplios, son un fenómeno en auge en los últimos años, si tiene una hija presentesela son buena gente.
El bailantero en el boliche: habrá ido al pub vestido como pal baile, suele vestirse como el cheto urbano, la diferencia está en el color de la piel y en la flacura de la billetera.
El rockero: las remeras típicas de la banda de sus amores, tatuajes, aunque estos se encuentran en todos las tipologías, antes era berreta tatuarse, ahora son pocos los que no tienen uno.
La vieja guardia: Son los tipos grandes, a veces hasta de cincuenta, habitúes nocturnos, se los puede dividir en dos, el viejo piola (saludable), y el pobre diablo que ha perdido su vida, su mujer, y peor aun: su perro, en los derroteros del alcohol, y circula entre los cuerpos jóvenes como una agria metáfora del paso del tiempo, la decrepitud paradita al lado de la piel rosadita.
Y después hay personas, seres humanos, y después estoy yo, inclasificable, por….ahora, un antropólogo pedestre, empleando a martillazos el método etic. Para un próximo texto: “Un caso de estudio cuando un reventado sale con una persona, una relación del tipo bonnie and clyde sólo que bonnie acá es Blancanieves”.

Mariano.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Divertido pero, como antropólogo me parece bastante prejuicioso.

Anónimo dijo...

Estimado mariano, sería interesante una breve descripción de los neo-hippies de pueblo (bella tribu si las hay)

Anónimo dijo...

Estimadísimo Anónimo:

Primero: sabía que alguien iba a “saltar” con eso del prejuicio. No obstante decidí avanzar con el texto, cuyo único objetivo fue entretener, y en su caso me alegro de haberlo logrado.
Segundo: Vendrán otros textos con un tratamiento similar, trate de no creer en todo lo que lee, al menos en esta (mí) serie de textos. Permítame, deseo lograrlo, que se divierta nuevamente.
Tercero: no soy antropólogo, (obvio quizás), el texto fue sólo una mirada irónica, que cuenta quizás con alguna agudeza, acerca de un entorno que me rodea actualmente, y no se trata de Olavarría. Aunque debo señalar que el “estereotipo” como forma de conocer el entorno, es una práctica humana corriente, por supuesto que no debemos quedarnos en él.
Cuarto: aunque ya entramos en un terreno personal que poco importa al caso, pero debo señalar que soy una de las personas menos prejuiciosas (que he conocido). Por otro lado, creamé, por favor, no le miento, en mí no se aplica eso de “tengo un amigo judío”.
Cinco: Como hombre entrado en años, recuerdo haber leído en la revista Humor, en sus números del 80, y poco más, terribles, agudas, descarnadas descripciones sobre cualquier tópico, donde se entraba con saña a diestra y siniestra. Lejos estoy de poseer la pluma que quienes escribían en esa publicación, pero adoro y recuerdo ese estilo peculiar, y hermoso, y divertido, y duro, que quizás inspira, “nutre”, y salpimienta mi texto. Nadie podría acusar a la “Humor” de prejuiciosa, sí de irónica.
Quinto: Es cierto olvidé la tribu neo hippie, que realmente es una bellísima tribu, esa es una terrible omisión.
Sexto: Gracias anómino por disfrutar el texto y tomarse la molestia de escribir un comentario, y disculpe lo extenso de mi comentario, pero creo que en un ida y vuelta nos nutrimos.

Anónimo dijo...

y la tribu neo- hippie para cuando?