Afuera llueve con fuerza miramos acurrucados desde este sillón, mientras este bar le brinda a la casualidad.
Al entrar al avión Oriana cerró el paraguas, se sentó y tomo la lluvia como una prolongación de su angustia.
Nos estoy mirando en medio de la calle, besarnos bajo un cielo tormentoso. Los autos nos esquivan o ni siquiera nos ven.
Traga nudos su garganta comienza a escuchar las turbinas. Se aprieta contra el asiento, pero algo es mas fuerte, una sucesión de razones pasan por su cabeza. Le dan impulso. Se levanta y corre por el pasillo.
Se ríen los labios mojados, las almas blindadas guardan poemas de este segundo. Y ya la lluvia es lluvia de plumas...
Baja del avión y corre por la pista, esquiva la salida, solo corre.
Oriana solo quiere correr.
x: mechi.
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