mañana de domingo (tributo a VU)

y es una mañana más de domingo, me levanto con lo que me queda, que no es mucho pero si todo. la resaca se dispersa de poco con los mates, el tabaco para armar es un arsenal junto a los papeles que quedan, y acá esta el bendito disco tributo a la velvet desde la plata, creo, en la que versiones de los temas refrescan un día nublado y pesado, de esos en los que no se entiende en qué se gastó anoche toda la plata del mes. y acá voy de nuevo, a disfrutar esta música otra vez, pero en versiones distintas, como la velvet, que nunca cambia en esto del cambio, y estoy otra vez, ahí voy de nuevo, a mover el puto esqueleto estacionado con estas sensaciones de ser una especie de yonki sin camino. y puede que si, que sea tu espejo, ellos lo son, lo fueron lo serán, todo aquel que a esto de describir se dedique será un espejo, un espejo de situaciones desdobladas, de vidas cambiadas, de caminatas interminables por el fin de una noche que no de tregua en fiesta, de esperar a que llegue el faso, de darse el maldito pico que nos haga sentir dios, que la puta droga es la madre de toda existencia, que pappo´s blues no estaba tan lejos de correr, correr, correr, y la bella canción del ángel negro que se recita sobre el ritmo turbio de otra noche, y la descripción en castellano que divide la didáctica en dos, sí en dos, en eso que es, en lo que fue, pero se abre sobre el centro de las alas, en esa vértebra que las une y sostiene, la nueva posibilidad de un espalda que carga con el vuelo eterno hacia donde nos dirigimos, otra vez, ahí voy de nuevo, a encontrar en esta manifestación el destello de deseo que me moviliza desde que tengo intensión de encontrarlo, de lo que costó en su tiempo aprender a escucharlo, esperarlo y sentir que el efecto era éste, este que cambia, que muta y deforma a quien lo siente vibra o pierde. y los hijos europeos de esta américa del norte suburbial, en la que no se puede tocar ciertos temas va a estallar, me siento un camello con los pies atados, llevo en mi reproductor la clave de la noche que se abre aunque sea de mañana, y este domingo, domingo extraño que me trasporta por sobre la semana me avisa de que no estuvo mal todo eso, que la suerte es poca, que no mucho importa, que uno lo primero que aprende es a que siempre hay que esperar, que uno nunca elige, ni el momento ni el lugar, y si es que no somos libres por lo menos liberemos el mal, cantando canciones de cómo terminar, y no quiero llegar a manal, pero el suburbio se viste, viste, de hombre norteño para alcanzar un puto gramo de droga que nos haga olvidar o reaccionar. mientras esto escribo temo anotar que son impresiones, es un juego, este, el de tipiar, y a veces prendo fuego lo que acabo de pagar, son estos hijos europeos de una américa desierta en cuanto lucha y actitud, este disco se regala, se comparte, pero por suerte no se pierde porque esta flotando en el aire a modo de respuesta en esta neblina de mañana, mañana de domingo.

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