sábado, 8 de noviembre de 2008

caracoles

(Basta! decile que se calle, que se mate. Es maniático obsesivo inquieto y rebuscado. Decile que se calle, que me mata)

Tengo las uñas despintadas de rascar la pared de mi cuarto para dejarla ciega.
De borrar el ojo constante que no me deja dormir, que espía entreabierto cuando hago el amor y cuando sueño.
Sería perfecto si nada hubiese pasado, que todo quedara en unas pocas fotos en movimiento, como símbolo de mis obsesiones, que mi cama tuviera tantos dibujos como amores tuve, tantos perfumes como lunares tengo.

(Decile que pare de hacerlo, de derretirse y reirse. Que el amor no es una adivinanza, y asi no, no puedo abrir el cajón y encontrarlo, mirarme las manos y tener que sacudirlo, lavarme los dientes y escupir sus palabras. Que le da miedo amarme, que ya lo descubrí, y que no quiero padecerlo)

No soporto que mires para abajo cuando te retan.

(explicale que si no lo veo no lo conozco, que no alcanza con escucharlo, que quiero verlo en los zapatos, que esto no se entiende y es claro. Que estoy arruinando lo que digo, y es lo que me pasa. Que se calle, que se mate, que me vea, que me vea, que me vea, que me vea, que los comienzos son horribles y a los cuadros los escupo, que me da miedo mirar por la ventana y tener ganas)

No me entiendas. Hace días que nos perdimos, me buscás? es difícil encontrarme cuando me muevo. Podemos gritarnos a la vez y decir que fue un miércoles de miércoles y arrepentirnos un poquito nada mas.

(Dejá, no le digas nada, que espere un rato atrás)





clara (que muerde los globitos del plástico transparente y los revienta)

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