miércoles, 17 de octubre de 2007

José Sbarra


Existió una vez un tipo que se dedicó a escribir la mejor poesía de su época. Paso inadvertido y se perdió en un mar de cemento del más cruel. Hay contexto en sus escritos, pero prima la poesía, y eso es lo que lo hace atemporal. José Sbarra no esta atado a sus ochenta´s under de lo under, como alguna vez los definió un discípulo suyo. No, Sbarra consiguió la atemporalidad y el rótulo de maldito sin que nadie se lo ponga, porque los rótulos no se ponen, se descubren. Estamos hoy acostumbrados a rotular cosas antes de tiempo, la masa es pan antes de hornearla, la carne asado antes de asarla, y después la sal no sala y el azúcar no agrada. Entonces el salto ilógico se hace carne en todo, y todo termina siendo mierda antes de serlo. Pero este punto es irreversible, de la mierda no se vuelve, y adelantarse a comer el pan antes de que este produce cagadera; el pan es mierda, sin haber alcanzado el estado de pan. Suena simple pero es cierto. Los escritores hoy son malditos cuando aun todavía no sienten. Los músicos son famosos sin haber escuchado discos. La gente habla de historia sin memoria. Entonces se habla mucho, pero cuántas hojas escribió Truman Capote para llegar a ser Truman Capote: miles, millones, y domesticó su técnica más que nadie hasta perfeccionarla. Pero pedir eso hoy a alguien es imposible. Cuántos libros publicó José Sbarra: varios, muchos; de algunos se arrepintió, en otros llegó a picos de perfección, pero nunca best seller. Y eso es malo? lo hace menos escritor? más escritor? no, la escritura nada tiene que ver con las ventas, con la exposición, o con el color de pelo. El tipo escribió lo que quiso desde su visón del mundo, fue armando un estilo propio, dominó otros, y ahí está en cuanto uno lee un párrafo suyo sabe que es él. Y con eso basta.

Ricardo.

foto: http://www.marclasuciarata.com.ar/

pd: libro y nota en Katarsis

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