sábado, 22 de septiembre de 2007
outsider
Probablemente me acueste a dormir, si, dormir por horas, vengo soñando cosas muy raras. Estaba acostado en esta cama sosteniendo un libro, había un poco de luz entrando desde la ventana de abajo, que pegaba en el techo blanco y se reflejaba sobre mí a poca velocidad. Veía el libro y quería abrir los ojos, entonces me dí cuenta de que estaba soñando, ya que podía ver el libro, pero no abrir los ojos. Era un ambiente confortable, pacífico, la antesala de algo. Yo trataba de abrir los ojos, pero no sentía incomodidad y me dejé vencer. Ese estado de lucidez se anuló inmediatamente, seguí soñando...sin saber que estaba soñando. Había una especie de gelatina negra, un mar de gelatina negra y de ahí salían cientos de cabezas, con la expresión congelada. No se movían ni las cabezas ni la gelatina, de repente cayó una gota y la mole se estremeció un poco, las cabezas quedaron rígidas. Después de esa gota empezó a llover, y un señor me dice " ¿tiene los pasajes?, está por salir... ¿tiene los pasajes?". Me señaló una anciana, me señaló el paisaje, que siguiera mirándolo. Los rayos asomaban tras las nubes, y la oscuridad de la marea y los rostros congelados salpicándose, después la luz se proyectaba sobre las cabezas en haces personales mientras seguía lloviendo y ellos mojándose, y la luz que los bañaba despertándolos. Le dije al señor que no sabía si los tenía o no. "Jajaja...¿en serio?...ahhhhhhhh, que maravilla...." y lo ví reírse mucho, reírse fuerte y benévolo, con su rostro rechoncho. " Entonces vas a tener que conseguirlos... ¿no?". Y recuerdo que me abrazó y en la calma del abrazo reía y me confortaba, hacía números para mí, desfiles para mis ojos, un festín de estímulos sensoriales. Las cabezas salían de la sustancia oscura, crecían sus brazos y el pecho y los pies, desprendiéndose en medio de la lluvia y los rayos feroces, su trayecto era apenas visible, una corriente suave en medio de la tempestad. Sus ojos ahora cerrados y la sonrisa en ellos también, la sonrisa del que duerme después de un gran viaje. Yo desde una plataforma gigante y lejana veía el espectáculo, mientras lloraba de nostalgia, de esa emoción sin origen. "Creo que hay tiempo, creo que estás, ¿ya estuviste antes?", le dije que no sabía donde, yo sabía que iba a estar también, pero no recordaba haber estado, no lo conocía siquiera. Después pude ver que cargaban cajas y equipos gigantes, el señor dirigía la tarea y suministraba información y pasajes. Yo no podía entender lo que decía, pero imaginaba algo de acuerdo a las acciones de los demás operarios. Estaban todos muy apurados y expectantes, apresurados en la tarea, se entusiasmaban, pegaban gritos. Mientras...los hombres se seguían elevando en cámara lenta y la tormenta incesante en su caos. ¿Cual es la linea? ¿Donde se separa?
¿A donde va nuestra mente cuando soñamos? No se que pasaria si en vez de inventar los sueños estuviesemos descubriendolos, el solo pensarlo me estremece.
.Naz
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