Heráclito! Ese es mi nombre, queridísimos lectores. Es el nombre que revienta los portones del sol y augura el falso porvenir que se precipita en el presente decadente que me asila.
Pero hoy soy el Gran Gorrión que canturrea de techo en techo la cantata de un futuro venturoso, y esquivo balines danzando y aleteando. Hoy me alimento de las migas de los dioses. Me dieron las alas y el lenguaje. Y un destino.
Rey Pájaro soy, me nombro en las inmediaciones de Horeb tropezando con las eternas puertas del celeste cielo, -¡Buen día día!, me presento con la altura de un ave minúscula y bella. -Busco al Pajarón Yavé!, exclamo con fuerza animal.
Y alguien me invita y percibo en los blancos pasillos del encuentro las respuestas del astro sol. De la nube de poniente y viento sur. Del mar y las olas.
Me presento: Soy el Gran Gorrión Heráclito Siervo Pajarillo del Pajarón Yavé y necesito como la cubitera al agua las respuestas de mi ruina y los hielos.
Busca-en-la-tragedia-las-respuestas-busca-en-las-tragedias-las-respuestas, es todo lo que atienden mis oídos y levanto vuelo abajo a la velocidad de un falco peregrinus o halcón peregrino.
¡Venid reino animal y bailad junto al Mesías gorrionesco que escandaliza los dies Mercŭri a la aldea vecina con supuestas prédicas de leyendas salvadoras! ¡Uníos fanáticos del agua mineral, de la sal sin sodio y los justos yogures Ser! ¡Salud panaderos del liviano gluten!
Hoy soy Gorrión, pero mañana puedo ser lobo o buey, asno o polilla o mosquito o camello. O puedo ser pollo. Hoy soy el gorrión del pueblo y no soy Águila, ni chocolate ni algarroba, no soy comino ni cizaña.
Ahora soy Heráclito Hombre pies descalzos que apoyan la pachamama. Busco la tragedia en este canto y la veo venir. En la distancia surge un colchón de plumas y una mujer con ojos cerrados desnuda y despierta que espera algo del tiempo. Lo que viene es verbo y error.
Bienvenidos, lectores míos, a la tragedia.
zoez.-
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