martes, 25 de diciembre de 2007
Osman Punichek
Cuando Osman Punichek nació, sus padres pusieron el grito en el cielo; el pequeño era retrasado mental. Pero la ira de los Punichek fue dirigida a los dioses, al destino, a la mala suerte. Osman no la sufrió. Al contrario, sus padres lo trataron con cariño y especial consideración. A veces hasta se echaban a sí mismos la culpa de que su hijo fuera retrasado mental. “¿No será algo que comí?”, solía decir la madre.
Largamente se discutió en la familia si Osman debería concurrir a una escuela normal o a una especial para retrasados mentales. Finalmente se resolvió lo primero, y Osman supo retribuir a sus padres el favor de tal elección con una excelente escolaridad.
Se destacaba por sobre todos sus compañeros en las asignaturas científicas y humanísticas, y en deportes no había quien lo batiera. Las sobresalientes calificaciones de Osman enorgullecían doblemente a sus padres, ya que no sólo eran meritorias de por sí, sino también, y muy especialmente, por ser las calificaciones de un retrasado mental.
Por si esto fuera poco, Osman gozaba de una constitución física privilegiada y era muy apuesto, quizá como compensación de la naturaleza por su retraso mental.
Ya desde su más temprana adolescencia las chicas se peleaban por salir con él. Algunas, es cierto, cuando se enteraban de que Osman era retrasado, se arrepentían y le redecían: “Hoy no, Osman, tal vez en otra ocasión”. Pero en general la deficiencia de Osman no era óbice para uqe el cultivara todo tipo de romances, desde los más apasionados y efímeros, hasta los más sólidos y duraderos, como el que aún sostiene con su actual esposa, la distinguida Licenciada Muriel Van Jaen.
Osman conoció a Muriel en el marco del Cuarto Ciclo de Conferencias sobre Semiología Medica realizado en Princeton.
Esa materia no fue nunca la especialidad de Osman, pero sus trabajos sobre el tema habían interesado sobremanera al comité organizador, sobre todo teniendo en cuenta que eran los trabajos de un retrasado mental.
Desde sus épocas de universitario, el hobby de Osman Punichek es el ajedrez. La revista soviética 64 publicó recientemente el desarrollo de la partida amistosa que Osman le ganó al campeón de Hungría. El artículo consigna que este jugador comentó, al termino del encuentro: “Es la primera vez en mi vida que pierdo contra un retrasado mental”.
Cuando Osman Punichek recibió el Premio Nobel de Física, en mérito a su notable reformulación de la mecánica cuántica, donó todo el dinero a la Fundación Riggelman, entidad que subvenciona en el mundo entero programas de atención a retrasados mentales. “Sé que mi deficiencia en congénita y que tendré que cargar con ella toda mi vida”, declaró a la prensa en la oportunidad, “pero quiero ayudar a que las nuevas generaciones de retrasados tengan un buen pasar”.
Leo Masliah
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3 comentarios:
Grande Masliah.
Osman es uno de los cinco hermanos que decían "Quiero ir a las estrellas"...
Cuando te ponen una cruz es dificil que te la saques de encima
Igual el nobel es un premio político. Muy buen texto.
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