Episode I : El (des)encuentro

Lo tácitamente acordado era recibirnos en cuotas; empezabas a piacere a jugar conmigo (el sistemático viaje que tus dedos emprendían por mi cuerpo -codos, lunares, espalda- invariablemente empezaba por mi cuello, recorrías suavemente mis pechos, los indagabas, los reconocías y los aprobabas. Una vez explorados todos mis intervalos visibles, la aventura de tus pulgares, meñiques e índices cesaba en mis pies, precisamente con mis huellas digitales, que ya no eran mías si no tuyas). Después del ritual coexistíamos en un todo, éramos un mundo dentro del mundo, y ya eras consciente de tal uniformidad (y estabas dispuesto a hacer -ab-uso de ella) No veo el por qué de puntualizar el uso de mi cuerpo en dicho juego, ya que nunca fue mío, hacías y deshacías, mientras que yo me limita a continuar, cual prolongación tuya, tus movimientos. Lo que si es necesario referir es ante tu ausencia, ahí se desdibuja todo, no hay nada, como antes de nacer, cero, nada. Que no estés (o que sí lo estés, pero la certeza de percibirte remoto) funda un caos que me ahoga. Me confunde que mutes constantemente tu sentencia sobre lo que hago, digo, siento o dejo de sentir. No podes tener toda mi atención. La tenés toda. No la compartís. No podes tenerla toda vos. Estás fervientemente queriendo ser vos mismo y supones (mal) que lo que busco es modelar tu mente. Nunca te preguntás cómo voy a pretender descomponerla y perturbar ese equilibrio espontáneo que tenés, desprovisto de vicios tradicionales, puro, no contaminado...

txt & ph: Macabea