Ayer finalizó la 10ª Muestra de Cine “Lucas Demare” en Olavarría. De los posibles inicios para esta nota terminé poniendo el más simplón. Perdonen. Pero es que quiero llegar al núcleo del artículo lo más rápido que pueda. Y el núcleo no es algo sólido, único y homogéneo, sino más bien un entrelazado de factores que hacen al conjunto de este evento que pasó, pasa y va a pasar. Texturas. Así que a empezar a desasnar algunos de esos puntos que forman la M que ahora vemos con Sergio D. (gracias por tus aportes, no digas que lo de ayer no te sirvió para ahondar en tu tesis eh) desde el fondo a la izquierda del teatro municipal. Sitio predilecto por quien escribe, piernas en butaca de adelante (aunque alguna vez nos hayan retado… puse “retado”??), ver cine cómodamente. Ver cómodo cine. Y vemos esa M de Muestra de cine. De fondo quizás la M de Miércoles! (apelando a un egocentrismo propio de quien pone los pies en las butacas de adelante). No la M del documental “M” que nos tocó padecer a los (pocos) que fuimos el viernes al cine, quienes no nos fuimos a mitad de película. Una M. Sólo eso. Quizás sea una M de Mientras.
A ver… no quiero hacer la típica de “lo mejor y lo peor de la Muestra de cine…”, pero seguramente caeré en esa. Por lo pronto son las 21 hs. pasadas y estamos esperando el arranque del cierre. Arrancó. Parece que Fellini estuviese escondido filmando todo para una nueva película. Lo que vemos en algunos tramos del acto roza lo bizarro. Algo se deberá a lo desorganizado. Algo a lo desprolijo. Algo al cansancio. Con el paso de los minutos lo que antes (nos) molestaba, ahora (nos) divierte. Improvisaciones de la locutora (Andrea, amiga de la casa). Presencia, creo que, innecesaria de algunas personas arriba del escenario. Interrupciones. Silencios. Videos proyectados un poco desconcertantes. Premios. Exhibición del corto ganador (que por error al anunciarlo todo el público supo de antemano el ganador, pero bueno, convengamos que el suspenso en este caso no era taaaan imprescindible). Proyector mal puesto. Corte. Incomodidad. Vuelta atrás. Minutos que pasan. Proyector bien puesto. Ahora sí: ver el corto ganador. (imperdible la remada de Andrea y sus adverbios – ¡¡Gracias por nombrarnos Srta. Góngora!! – en la locución del cierre mientras se intentaba arreglar ese, y otros, percances. “Qué se puede hacer salvo ver películas, no?”, señaló citando a La Máquina de Hacer Pájaros cuando todos se miraban entre sí sin saber qué hacer ni qué se estaba haciendo…).
Párrafo aparte: mis felicitaciones a uno de los integrantes de este blog (Martín ¿M.?) por el premio a mejor corto local, y que, según el mismo jurado, estuvo peleando hasta lo último por el premio mayor (4500$).
En cuanto al Festival Internacional de Cortos, y a su ganador, no hay tanto para ahondar respecto a lo ya dicho. Ganó uno de Gran Bretaña, el más producido, prolijo, no dejaba de estar interesante, sacándole años luz a otros que hemos visto estos días. Habría que revisar si es necesario proyectar TODOS los cortos porque hubo muchos que cortaban el mambo o que dilataban demasiado unas tardes que se proyectaban en noches largas, teniendo en cuenta que después seguían, como mínimo, dos largometrajes más. Queda una última pregunta, y esto ya centrándonos en la elección del cortometraje ganador: más allá de que quizás Save The World pueda ser el mejor… ¿merecía más que otros ese dinero? Si pasamos esos pesos a euros, y observando tooooda la gente que trabajó en ese cortometraje, uno cree que realmente no necesitan taaanto ese dinero como sí otros cortos que pecaron de no tener tanta producción (o no ser extranjeros…), pero sí buena voluntad, intenciones que excedían la media, y ganas de profundizar planteamientos o posturas. Aunque como en todo Festival hubo de todo, y no todos fueron realmente interesantes.
Toda muestra o festival sirve para tener un pantallazo de cierto trozo de realidad que se puede ver de nuestro cine nacional. Es ahí donde se puede deducir que la gente olavarriense tiene intenciones de ir al cine (los primeros días el teatro se llenó seguido) , de ir a determinado tipo de cine, y que quedará en todos nosotros (autoridades, medios periodísticos, organizadores, realizadores, espectadores) promover los otros sectores devaluados de la cinematografía “argentina” actual para que no quede en un monólogo de un cine comercial poco arriesgado y demasiado ampuloso; más allá de las tipologías que año a año van modificando y adaptando en la Muestra, que fueron de “cine clásico” hace unos años a “la mujer y el cine” el año pasado, que ni siquiera respondía a cuestiones de género, o ahora a “ópera prima”, “música y cine” o “cine inusual”, por ejemplo. En cuanto a lo que se vio, hubo ratificaciones de ciertos directores que sin hacer sus mejores labores ya les sirve para posicionarse entre los mejores de la Muestra (Subiela, Trapero, Posteglione). Grandes y arriesgados films como La Antena y Pulqui ratifican por qué es necesaria una Muestra de Cine en la ciudad. Hubo algunas decepciones (todo el día viernes, sin excepciones; lo de Marcos Carnevale – le tenía más fe, igual el simple hecho de haber sido guionista de Sin Código lo hace un tipo a ser apreciado –; nuestro amigo Hernán Gaffet – cada vez trae más películas, casi es parte de la comisión organizadora… ¿para cuándo tu retrospectiva??... jeje, chiste Hernán, chiste!! Como si lo fuera a leer, cualquiera,,,), y películas como Quien Dijo que es Fácil y La Educación de las Hadas que no son malas ni tampoco excelentes. Son esas que te dejan la sensación de que cumplieron, llegaron hasta donde debían llegar. Y me sigo alegrando, a pesar de las críticas recibidas, de haber optado por ver Tres de Corazones en lugar de Agua. Cuenta con uno de los mejores finales que se vieron en estos ocho días, y revalida a Nico Cabré y a Luis Luque como dos grandes actores, cada uno en lo suyo.
¿Y con qué finalizar este post? Podría ser diciendo que lo del Cine Inusual en La Gaviota, más allá del horario en que lo pusieron, fue una experiencia interesante. Que el Festival de Cortos sigue creciendo y ofreciendo nuevos espacios, tomando al corto no como un puente para el largo, sino como una unidad temática, estética y artística en sí misma. Que habrá que ver cómo decide trabajar la cuestión “cine en Olavarría” el gobierno recientemente electo el año que viene. Y que ahora que la Muestra de Cine ha finalizado entramos en la etapa más trascendental, la que alimenta a lo que acabamos de vivir estos días, y es la del cine en nuestra ciudad el resto del año. No pensemos que todo terminó anoche, sino más bien lo contrario.
La misma gente que apoyó la Muestra tiene que saber que debe (intentar) apoyar otros emprendimientos que busquen aumentar los circuitos cinematográficos locales, ya sea de exhibición o de realización, porque esos proyectos hacen también a la Muestra de Cine, le dan un piso o la van contorneando. Así se podrá lograr que Olavarría vaya al cine, más allá de estos ocho días.
G.S.
Fotos: Jorge “Popi” Arabito.
3 comentarios:
Buenisima cobertura GS, la de la foto es China Zorrilla?
Muchas gracias Anónimo. No es China Zorrilla... creo... pero viéndola parece que efectivamente estemos con una homenajeada eh. Y se nos escapó Eliseo Subiela, que sino...
Muy linda cobertura, gente de Miércoles. A pesar de los malentendidos. La de la foto no es China Zorrilla. Porque China Zorrilla es uruguaya. Y Mecha Zubiría es argentina.
Pancho anónimo.
Publicar un comentario